La Guerra
de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde
1863 hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el
conservadurismo dominicano había invitado de nuevo a tomar posesión del
país 17 años después de la Guerra de Independencia contra la República Haitiana
y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan
independientes de España.
El 16 de agosto de 1863, un
nuevo grupo bajo el liderazgo de Gregorio Luperón y Santiago
Rodríguez hizo una audaz incursión en el cerro de Capotillo, provincia
Dajabón e izaron el pabellón dominicano. Esta acción, conocida como el
Grito de Capotillo, fue el comienzo de la guerra.
Una ciudad tras otra en el
Cibao se unieron a la rebelión, y el 13 de septiembre, un ejército de 6,000
dominicanos se atrincheró en la Fortaleza San Luis, en Santiago.
Los patriotas establecieron un nuevo gobierno al
día siguiente, con José Antonio ¨Pepillo¨ Salcedo como presidente, e
inmediatamente calificó a Santana, que ahora era líder de las fuerzas
españolas, como traidor.
Salcedo intentó pedir
ayuda a los Estados Unidos, pero fue rechazada. El conflicto terminó con
la victoria dominicana y la retirada de las fuerzas españolas del país.
Aunque muchas ciudades
dominicanas y la agricultura en todo el país fueron destruidas (a excepción del
tabaco) durante la guerra, la Guerra de Restauración trajo un nuevo nivel de
orgullo nacional a la República Dominicana.
La victoria dominicana
también le demostró a los cubanos y puertorriqueños que España podía ser
derrotada. Por otro lado, en la política local, el liderazgo durante la guerra
se concentró en las manos de pocos caudillos regionales, quienes podían ordenar
la lealtad de las regiones. Este sistema de poder político se mantuvo hasta
finales del siglo XX.
La política dominicana se
mantuvo inestable durante los próximos años. Pimentel fue presidente durante
sólo cinco meses antes de ser reemplazado por José María Cabral.
Cabral, a su vez fue
derrocado por Buenaventura Báez en diciembre de 1865, pero retomó la
presidencia en mayo de 1866.
Sus negociaciones con los
Estados Unidos sobre la posible venta de la tierra alrededor de la Bahía de
Samaná resultaron ser tan impopulares que Báez fue capaz de recuperar la
presidencia una vez más en 1868.
En las relaciones dentro
de la isla, la guerra marcó un nuevo nivel de cooperación entre Haití y la
República Dominicana.
Hasta entonces, Haití había
considerado la isla de La Española como “indivisible” y había intentado,
sin éxito, conquistar la mitad oriental varias veces en el pasado después de la
independencia.
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