«Las Naciones
Unidas definen la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia
de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o
psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o
la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública
como en la privada"»,5 reconociéndolo
como una pandemia que afecta al 50% de la población mundial, habiendo sido
hasta un 70% de las mujeres víctimas de esa violencia en algún momento de su
vida.6
A 2014, según los
datos disponibles por la ONU:
·
Un 38% de los asesinatos de mujeres cometidos en el mundo son
cometidos por su pareja, siendo el ámbito familiar y de pareja donde se produce
el mayor número de casos de violencia contra la mujer, ya sea esta física, sexual
o psicológica: el 50% de los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos
por un familiar o compañero sentimental y el 35% de las mujeres habrían sufrido
violencia física o sexual por parte de su pareja.
·
Unos 120 millones de niñas de todo el mundo, más de una de cada 10,
han sufrido en algún momento coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales
forzadas.
·
La trata de personas se convierte en una trampa para mujeres y niñas
que son en un 98% el objeto de la explotación sexual (4,5 millones de personas
en el mundo).
·
Más de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de
mutilación genital.
Ser niña sería
uno de los factores de riesgo, junto con pertenecer a una clase desfavorecida o
a una minoría. 250 millones de niñas en el mundo son casadas con menos de 15
años, siendo estas más vulnerables a la violencia ejercida por el esposo.
En los conflictos
armados la violación sistemática se convierte en un arma de guerra (entre
250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas durante el genocidio de 1994 en
Rwanda y se calcula que entre 20.000 y 50.000 durante el conflicto de Bosnia a
principios de la década de 1990).
Y el feminicidio
queda patente por cifras comparativas: en el mundo son asesinadas dos mujeres
por cada hombre asesinado.
Esta violencia
contra las mujeres y niñas ejercida por razón de su sexo encontraría su raíz en
las históricas relaciones de poder entre hombre y mujer, en el modelo social
patriarcal que ha propiciado relaciones de dominio de este sobre ella, la
desigualdad entre sexos y la discriminación.7
Habrían sido los
movimientos feministas los que desde finales del siglo XIX y principalmente
durante el pasado siglo, el siglo XX, diesen visibilidad a la condición de la
mujer, logrando mediado el siglo XX que la violencia contra las mujeres pasase
de considerarse un asunto privado a un problema social y público. Desde
entonces la percepción pública se ha ido concienciando de las auténticas
dimensiones del problema y organismos internacionales y nacionales van
sumándose y trabajan activamente para erradicarlo, promulgando leyes y
promoviendo campañas de concientización. Al día de hoy no se puede dudar que la
violencia contra la mujer es un problema global que afecta a los derechos
humanos más básicos de la mitad de la población mundial y que hay que
erradicar.
También,
reconocido que la violencia contra la mujer tiene sus causas en la
discriminación y la desigualdad, combatir esa discriminación y desigualdad,
significa al tiempo atajar esa violencia.
Desde 1975 se
celebra la Conferencia Mundial sobre la Mujer como
una forma de incorporar el tema a la política pública, y en 1993 las Naciones Unidas ratifican
laDeclaración
sobre la eliminación de la violencia contra la mujer8 en
la que se afirma que esta violencia es un grave atentado contra los derechos humanos de
la mujer y de la niña, reconociendo «la urgente necesidad de una aplicación
universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad,
seguridad, libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos»; también
reconociendo el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos
de la mujer, organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema.
Siendo la
violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos,
que «constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente
desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la
mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el
adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los
mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una
situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla
con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus
responsabilidades y exista «un compromiso de la comunidad internacional para
eliminar la violencia contra la mujer».
La declaración
incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las
formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las
mujeres para alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y
organizaciones internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios
para erradicarla.
En el mismo
sentido, el 5 de marzo de 1995, se adoptó la «Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Belém do Pará».
En 1999, a
propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60
países más, se declaró el 25 de noviembre Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La
fecha del 25 de noviembre se eligió para conmemorar a las hermanas Mirabal,
tres activistas políticas que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden
del gobernante dominicano Rafael Trujillo.9
En Canadá se
celebra el Día nacional del
recuerdo por las víctimas de la violencia contra la mujer el 6 de diciembre,
en conmemoración de la masacre de la Escuela Politécnica de
Montreal.
DECIMOS BASTA YA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario