La consultoría
Es un
servicio de asesoramiento profesional independiente, que ayuda a los gerentes y
a las organizaciones a alcanzar los objetivos y fines de la organización,
mediante el aporte y/o la implementación de soluciones a problemas gerenciales
y empresariales, el descubrimiento y la evaluación de nuevas oportunidades, el
mejoramiento del aprendizaje, la gestión del cambio, desarrollo de habilidades
gerenciales y desarrollo de estrategias
La
consultoría como servicio profesional y método para introducir cambios no se
limita a un tipo particular de organización o de situación económica o
empresarial. En el curso de su historia, la consultoría se ha ido extendiendo a nuevas
esferas de la actividad humana, nuevos países y nuevas regiones.
¿POR QUÉ ES NECESARIO EL TRABAJO DE LOS CONSULTORES?
¿POR QUÉ ES NECESARIO EL TRABAJO DE LOS CONSULTORES?
No que queda duda alguna de
que los consultores existen y existirán ya que sus servicios satisfacen
necesidades y existen clientes que los demandan.
En general, los directores
recurren a los consultores si se dan cuenta de que necesitan ayuda para
resolver algún problema. El trabajo del consultor comienza cuando una situación
determinada se considera insatisfactoria y/o susceptible de mejora; idealmente,
termina con una situación en que se ha producido un cambio, que se debe valorar
como una mejora. Directa e indirectamente, todos los cambios originados y
llevados a cabo con la ayuda del consultor deben contribuir a mejorar la
calidad de la dirección y a lograr un funcionamiento bueno o excelente de la organización.
Estos son los objetivos primordiales del empleo de
consultores, aún cuando "mejoramiento de la dirección", "buen
funcionamiento de la organización" o "funcionamiento excelente de la
organización" son conceptos relativos cuyo significado exacto se ha de
definir en el contexto de cada organización.
A continuación se enumeran
las principales razones prácticas que inducen a un director o gerente a
solicitar la ayuda de consultores.
Porque es necesario una consultoría
1-Para
que aporten una intensa ayuda profesional con carácter temporal.
2-Para que aporten una opinión externa imparcial.
2-Para que aporten una opinión externa imparcial.
3-Para que justifiquen las decisiones de la
dirección.
4-LA CONSULTORÍA COMO FUENTE DE APRENDIZAJE.
4-LA CONSULTORÍA COMO FUENTE DE APRENDIZAJE.
5-LOS BENEFICIOS DEBEN SER MAYORES QUE LOS COSTOS.
Independencia del consultor
Independencia del consultor
La consultoría es un
servicio independiente. Un consultor debe estar en consideraciones de hacer su
propia evaluación de
cualquier situación, decir la verdad y recomendar con franqueza y objetividad
las medidas que ha de adoptar la organización cliente sin pensar en sus propios
intereses. Esta independencia del
consultor tiene múltiples facetas y en algunos casos puede ser un asunto muy
delicado.
La independencia
financiera significa que el consultor no obtiene ningún beneficio de la
medida adoptada por el cliente, por ejemplo la decisión de comprar una
determinada marca de
equipo. El deseo de obtener en el futuro otros contratos con
el mismo cliente no debe influir en la objetividad del asesoramiento prestado
en la tarea presente.
La independencia
administrativa implica que el consultor no es un
subordinado del cliente y no se ve afectado por sus decisiones administrativas.
Aunque esto no planea ningún problema a las organizaciones de consultoría
autónomas, es un problema, en cambio, bastante complejo, aunque no insuperable,
en la consultoría interna.
La independencia política significa que ni los directores ni los
empleados de la organización cliente pueden influir en el consultor
oficiosamente, recurriendo a autoridades o conexiones políticas, a su pertenencia a algún partido
político o a otras influencias semejantes.
La independencia
emocional significa que el consultor mantiene su distancia emocional,
independientemente de la amistad y
otras afinidades de tipo emotivo que puedan existir al comienzo o que se creen
durante la realización del cometido
SERVICIO CONSULTIVO
La consultoría es en lo
esencial un servicio de asesoramiento. Esto significa que los consultores no se
contratan para que dirijan organizaciones o adopten decisiones delicadas en
nombre de la dirección. Son asesores y no tienen ninguna facultad directa para
decidir cambios y aplicarlos. De lo único que responden es de calidad e
integridad de su asesoramiento; los elementos asumen toda la responsabilidad que se derive de la aplicación de sus
consejos. Por supuesto, en la práctica de la consultoría existen múltiples
variantes y grados de "asesoramiento". La práctica básica y el arte del
consultor estriban no sólo en dar el consejo correcto, sino en darlo de manera
adecuada, a la persona debida y en el momento oportuno. El cliente, a su vez,
ha de aprender a solicitar y utilizar hábilmente los consejos del consultor.
Estos elementos son tan importantes que es conveniente recordarlos en todos los
instantes del trabajo de los consultores y del cliente que contrata sus
servicios.
¿POR QUÉ ES NECESARIO EL TRABAJO DE LOS CONSULTORES?
No que queda duda alguna de
que los consultores existen y existirán ya que sus servicios satisfacen
necesidades y existen clientes que los demandan.
En general, los directores
recurren a los consultores si se dan cuenta de que necesitan ayuda para
resolver algún problema. El trabajo del consultor comienza cuando una situación
determinada se considera insatisfactoria y/o susceptible de mejora; idealmente,
termina con una situación en que se ha producido un cambio, que se debe valorar
como una mejora. Directa e indirectamente, todos los cambios originados y
llevados a cabo con la ayuda del consultor deben contribuir a mejorar la
calidad de la dirección y a lograr un funcionamiento bueno o excelente de la
organización. Estos son los objetivos primordiales del empleo de
consultores, aún cuando "mejoramiento de la dirección", "buen
funcionamiento de la organización" o "funcionamiento excelente de la
organización" son conceptos relativos cuyo significado exacto se ha de
definir en el contexto de cada organización.
A continuación se enumeran
las principales razones prácticas que inducen a un director o gerente a
solicitar la ayuda de consultores.
Límites de la consultoría
Existen numerosos casos de
misiones exitosas realizadas por algunos consultores del mundo que han evitado
la quiebra de
compañías o han dado nueva vida a organizaciones que envejecían. Se ha ido
formando así la idea de que las oficinas de consultoría puedan resolver
prácticamente cualquier dificultad de gestión. Sin embargo, los consultores no
disponen de una varita mágica para resolver todas las cuestiones candentes.
Sería un error suponer que, una vez contratado un consultor, la dirección puede
dormir tranquila porque alguien se va a ocupar de los problemas. Hay
situaciones en que nadie puede servir de ayuda. Y si la ayuda es todavía
posible, para que una consultoría resulte eficaz hará falta un trabajo arduo,
sistemático y disciplinado basado en el análisis de los hechos reales y en una
búsqueda de soluciones imaginativas, pero factibles. Para conseguir resultados es
tan importante un decidido empeño de la dirección en mejorar el rendimiento de
la organización y una eficaz colaboración cliente – consultor como la calidad
del asesoramiento técnico de éste.
Ayuda profesional a las personas que dirigen empresas
Ya se practique como una
ocupación de dedicación completa o como un servicio técnico prestado en casos
concretos, la consultoría proporciona conocimientos teóricos y técnicas
profesionales que sirven para resolver problemas prácticos de gestión. Una
persona se convierte en un consultor después de haber acumulado, gracias al
estudio y a la experiencia práctica, un considerable acervo de conocimientos
sobre diversas situaciones empresariales. Asimismo, debe haber adquirido las
técnicas necesarias para resolver los problemas y compartir la experiencia con
otros con respeto a
la determinación de los problemas, el hallazgo, análisis y síntesis de
la información pertinente,
la presentación de propuestas de mejoras, la comunicación con
los demás, la planificación de
los cambios, la superación de la resistencia al
cambio, la ayuda a los clientes para
que aprendan de la experiencia, la transferencia de técnicas de gestión entre
países, etc.
Podría objetarse que los
directores de las organizaciones tienen también que dominar todos estos
conocimientos y técnicas y que la situación de cada organización es única. En
consecuencia, ¿qué se puede ganar con la participación de un recién llegado que
no está familiarizado con una situación dada.
A lo largo de los años, los
consultores pasan por muchas organizaciones y aprenden a utilizar la
experiencia adquirida en las tareas anteriormente desempeñadas para ayudar a
sus nuevos clientes, o a sus viejos clientes, a hacer frente a nuevas
situaciones. Como han de trabajar en circunstancias muy diferentes, los
consultores aprenden a discernir las tendencias generales y las causas comunes
de los problemas y tienen grandes posibilidades de hallar una solución
apropiada; aprender a abordar nuevos problemas y a tener en cuenta nuevas
oportunidades. Además, los consultores profesionales se mantienen
constantemente al día de todo lo que se publica sobre dirección y administración de empresas y de los cambios en los conceptos,
métodos y sistemas relacionados con este campo, incluidos los que tienen su
origen en universidades e instituciones de
investigación. Funcionan, por tanto, como un vínculo entre la teoría y la
práctica de la dirección de empresas. Hasta para un director excelente, un
consultor puede siempre aportar algo nuevo a la organización.
Consultoría organizacional
Autores
MsC Ing Luis F Álvarez López
Master en Dirección
MsC Lic. Enrique Zayas Miranda
Master en Dirección
MsC Ing Marisol Pérez Campaña
Master en Gestión de la Producción
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